Es la rama de podología destinada a la prevención, diagnóstico, tratamiento y control de los problemas que puedan sufrir los pies de los niños y que se desarrollan en paralelo al crecimiento global del resto del cuerpo.
Y debido a que se encuentran en un periodo de constante crecimiento y cambios físicos, sus extremidades inferiores también sufren modificaciones y variaciones.
Por supuesto, mi labor como profesional en esta área, consiste en dar a conocer a los infantes los buenos hábitos de higiene y salud podal, así como controlar la correcta evolución de su pisada, tratando todo tipo de afecciones y patologías que pueden surgir durante el proceso de su desarrollo.
Cuando nacemos, nuestro sistema óseo está todavía formándose, y continuará haciéndolo hasta la pubertad. Cada etapa tiene unas características diferentes: recién nacidos, pre-andantes, bebés que empiezan a caminar, de los 4 a los 5 años, etc. Y durante todas las etapas del crecimiento la posición de nuestros pies, caderas, rodillas… todo cambia.
Por todo ello, es necesario controlar que el desarrollo y la pisada de los niños entren dentro de la “normalidad”.
¿Y quién es el que se encarga de controlarlo?
Un podólogo de confianza mantendrá un exhaustivo control de la evolución física de tu pequeño durante todas sus etapas del crecimiento y al mismo tiempo te proporcionará la tranquilidad que necesitas de saber que está en buenas manos.
Detectar una patología a tiempo es esencial para poder comenzar tratamientos correctores cuanto antes.
Los pies infantiles al estar en una época de crecimiento, son especialmente vulnerables y pueden generar patologías que deben ser supervisados por profesionales.
Aplicar el tratamiento idóneo en el momento clave es lo que marcará la diferencia en su día a día. Muchos de los problemas que seguimos arrastrando durante nuestra vida adulta son esos “descuidos” esos “no tiene mayor importancia”… que se fueron complicando hasta pasar a formar parte de nuestra vida. Pero ahora que si tenemos toda la información necesaria en nuestro poder, no queremos que nuestros hijos corran riesgos innecesarios.
Muchas patologías se pueden evitar y tratar a tiempo en la etapa infantil.
Y uno de los tratamientos más comunes es el uso de plantillas ortopédicas. Las plantillas alivian las molestias y producen confort. Además, corrigen y compensan las alteraciones aportando seguridad y estabilidad necesaria al efectuar la marcha.
• Se cae a menudo, muestra apatía por el deporte o se cansa al caminar
• Se queja de dolor en piernas y pies
• Camina con los pies hacia adentro o de puntillas
• Sus uñas no tienen un aspecto sano
¡Cuidemos de la salud de sus pies desde el primer momento!
El deporte y determinadas actividades en exceso pueden provocar sobrecargas en los pies en edades tempranas. Es muy importante que la cantidad del ejercicio diario efectuado por el niño sea progresivo, seguro y moderado, pues hay ciertos problemas biomecánicos y dérmicos derivados directamente de la práctica deportiva.
Como pueden ser una sudoración excesiva o el uso de instalaciones deportivas que a menudo propician la aparición de afecciones fúngicas y víricas, como los hongos, verrugas plantares, moluscos…
El hecho de abusar de la práctica deportiva mientras el cuerpo se encuentra en pleno crecimiento, suele causar a los infantes bastantes problemas relacionados con el desarrollo de su aparato locomotor. Los dolores articulares y musculares o inflamación del cartílago de crecimiento también son habituales en estas circunstancias, siendo la talalgia de Sever la inflamación más común.
Recomiendo supervisión para prevenir futuras lesiones en los infantes. No debemos olvidar que el deporte está para aportarles salud, no para crear malestar y apatía, poniendo en riesgo su desarrollo integral.
Administrar la salud podal y el bienestar de los niños es complicado para los padres, que a menudo lo pasan muy mal al no saber qué signos y síntomas son temporales y cuáles apuntan a preocupaciones más serias y que pueden afectar de forma importante a sus hijos.
¿Cómo afrontar la incertidumbre sin padecer el síndrome de la madre sobreprotectora?
En cuestiones de salud no existen precauciones excesivas. ¡Más vale prevenir que curar!
Estudiar la pisada de los niños ayudará a detectar posibles patologías infantiles, pudiendo tratarse a tiempo y evitar problemas en etapas adultas.
Los niños a partir de los 18 meses disfrutan moviéndose, exploran el mundo poniendo constantemente a prueba sus destrezas motoras. Cuando empiezan la escuela van a actividades extraescolares y practican diversos deportes, por lo que suelen utilizar durante mucho tiempo zapatillas deportivas.
Como todo el esqueleto del niño, los huesos de los pies crecen a gran ritmo hasta los 14 o 16 años de vida antes de osificarse completamente.
Para evitar patologías, recomiendo revisar periódicamente la talla de pies de los infantes, ya que una talla inferior puede causar molestias al caminar, rozaduras y ampollas. Tampoco es bueno el tipo de calzado que ofrece una mala sujeción, provocando que el pie baile dentro de la zapatilla y como consecuencia, induce al niño a adoptar malas posturas.
El calzado idóneo debe tener una suela de unos ocho milímetros y la zona delantera flexible para permitir la fluidez de la marcha y el movimiento articular de todo el pie.
¿Necesitas ayuda para eligir un calzado que ofrezca un apoyo más biomecánico? Llámame y resuelve tus dudas al instante.
¡Los profesionales brindamos nuestros servicios para mejorar la vida de nuestros pacientes!